¿Es viable mi idea de negocio?

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Esta es una pregunta que me he hecho, y me han hecho, en innumerables ocasiones, como profesor de creación de empresas en la Uma, como tutor de Esesa, como secretario de AJE Málaga, y sobre todo que me he hecho yo a mi mismo como empresario cada vez que afronto un nuevo emprendimiento. Y no es una pregunta fácil de responder.

Me voy a lanzar a responderla a la gallega, con más preguntas, así que en base a la experiencia, me atrevo a plantear una serie de cuestiones que uno tiene que tener en cuenta cuando se plantea la viabilidad de una idea de negocio.

¿Estoy dando respuesta a un problema o a una necesidad que tiene mucha gente? 

Es una pregunta complementaria a la anterior, y que hace referencia al «mercado» de tu idea, es decir, a las personas a las que estás resolviendo un problema o dando respuesta a una necesidad. Si realmente son muchas, y no hay muchas empresas dando solución a sus problemas, puede que tengas un hueco en el mercado.

¿Qué tipo de producto o servicio estoy planteando, y para qué tipo de cliente?

Nuevamente, hay que ponerse en el lugar del cliente. Hay un proverbio americano muy famoso, que dice algo así como «it´s not about you, stupid», y que viene a significar que no debes de pensar tu empresa como si te fueras a vender el producto a ti mismo, sino que tienes que pensar en tu cliente, y en qué le interesa a tu cliente, y moldear tu producto o servicio en función de esto. Para conseguirlo, hay herramientas, lienzos, parecidos al canvas, por ejemplo el mapa de empatía de cliente.

¿Hay más gente planteando lo mismo que yo, o cosas parecidas que intentan resolver los mismos problemas de los mismos clientes?

O dicho de una manera aún más fácil… ¿Existe competencia? y de ser así… ¿Cuánta? A veces, el hecho de que haya competencia no es malo, porque quiere decir que tu idea no es una perogrullada, ya que si hay más gente haciendo lo mismo por algo será. Pero la existencia de muchísimas empresas intentando resolver los mismos problemas, o la ausencia de barreras de entrada a empresas que si ven que te va bien puedan hacer lo mismo no es una buena noticia para tu empresa, aunque el que golpea primero golpea dos veces.

¿Qué hace mi competencia, y cómo lo hace?

Ya lo decía Rage against the Machine… «Know your enemy». Una de las primeras cosas que hay que hacer cuando estudias una idea de negocio es estudiar a tu competencia. Ver cómo son sus productos o servicios, cómo realiza su marketing, cuáles son sus precios, a qué sectores del mercado se dirige, cómo comunica, como vende, etc. Te puede dar ideas de lo que hacer y de lo que no hacer, y qué cosas mejorar. También te puede dar una idea de hasta donde puedes llegar, cuál es el tamaño medio de las empresas de tu sector, la facturación media, etc. Las empresas depositan sus cuentas anuales en registro y son públicas, y hay bastantes portales que si tienes claro quien es tu competidor, te pueden dar muchos datos sobre el mismo, como su facturación, beneficio, número de empleados… todo lo que puedas aprender en carne ajena es bueno para ti.

¿En qué soy diferente?

Para el caso anterior, es muy importante que si vas a incorporarte a un mercado en el que hay bastantes jugadores, plantees una propuesta de ventaja competitiva que el mercado, o parte de él, este dispuesto a valorar. Es muy difícil hacer todo bien (ser el mejor, el más barato, el más rápido…) así que si te centras en alguna de esas características, seguramente habrá un porcentaje del mercado que la valore más que las otras, y te compre a ti.

¿Y si mi idea original no funciona, qué? 

Es una pregunta mucho más importante de lo que parece. Montar una empresa es un proceso en el que tan importante es tener un buen diseño iniciar, como saber captar lo que te va diciendo tu mercado una vez que estás metido en faena. Es un proceso vivo, un continuo adelante y atrás, en cierto modo un ensayo y error, muchas métricas. Es por ello que si planteas un diseño flexible, que te permita pivotar, y en el que tus esfuerzos, en caso de que la idea original no funcione, hayan generado algún activo con opciones de ser usado de otra forma, tienes muchas más posibilidades de éxito que si te lo juegas todo a una carta, se te acaba el dinero, y lo que tienes no funciona y además no hay manera de monetizarlo.

¿Qué capacidades y recursos hacen falta para llevar esta idea a buen término y cómo los puedo obtener?

Cuando hablo de capacidades me refiero a recursos humanos, a aptitudes, a actitudes. Algunos negocios requieren de excelentes capacidades relacionales y de venta, otros de capacidades sobresalientes de análisis o de desarrollo. Hay que ser crítico respecto a qué capacidades tiene uno, y cuales no. Tu no tienes que llevar el negocio sólo, pero la empresa sí que necesita de una serie de aptitudes, que si no tienes tu mismo, tienes que pensar en quien las tiene y como conseguir que se incorpore al equipo. Hay que contratar o asociarse con gente que te aporte lo que tu no tengas. Cuando hablo de recursos, me refiero al resto de cosas que te van a hacer falta, además de personas. Si alguno de los elementos que necesitas está en manos de muy poca gente o es muy difícil de conseguir, vas a tener poco poder de negociación frente al proveedor de ese recurso, y viceversa. Recuerdo por ejemplo cuando monté la empresa de tasaciones a nivel nacional. Los tasadores que hacían el trabajo de campo eran abundantes y por tanto baratos, y encima estaban «entrenados» por las tasadoras bancarias para hacer las cosas rápido y barato. Por contra, la venta online dependía casi en exclusiva de google, y había varias empresas que pujábamos por las mismas palabras clave, con lo que el precio de la venta era enorme, sobre todo en ciudades grandes.

¿Es atractivo mi marketing? ¿Y mi propuesta de venta?

Son dos cosas distintas. Como decía en un post anterior, la teoría dice que cuando el marketing es perfecto la venta se hace innecesaria, pero creo que eso es fundamentalmente teoría, yo no conozco ningún producto que se venda sólo, pero sí productos que por su diseño, por la potencia de su marca o por su marketing mix son mucho más fáciles de vender que otros. Por otro lado, está la propuesta de venta en sí. Tengo un amigo que vende a hoteles un producto que cuando te explica su propuesta de venta te dan ganas de montar un hotel para comprársela. Le pone al hotel de forma gratuita una central de reservas que centraliza todos sus canales de venta, le añade un canal más (la web del hotel) optimizada para buscadores, con gestor de reputación en comparadores, con herramientas tecnológicas para compararse con su competencia en tiempo real, y sólo les cobra a riesgo un porcentaje de las ventas que él les consiga por ese nuevo canal, siendo dicho porcentaje menor que el de cualquier OTA (Online Travel Agency). Una propuesta de venta potente aumenta exponencialmente tus probabilidades de éxito, aunque hay que tener en cuenta que las propuestas de venta potentes suelen costar dinero, en el caso de mi amigo tiene que invertir de manera previa a ganar, por ejemplo.

¿Qué potencial de futuro tiene mi negocio? 

Es fundamental estudiar el entorno, las tendencias del mercado y las tendencias tecnológicas, para así saber si estamos en un tipo de negocio con vías de crecimiento, o que está en declive. Esto no quiere decir que no debamos hacer algo por que el sector esté en descenso, ya que a veces puede ser incluso una buena oportunidad de negocio entrar en algo cuando los demás abandonan el barco (se me ocurre como ejemplo la cantidad de bares tradicionales que se han quedado los chinos en España durante la crisis a precio de saldo) pero sea cual sea tu idea, lo ideal es meterte estando informado, tanto del mercado actual, como del mercado potencial, del riesgo de que lleguen tecnologías disruptivas que cambien el sector, o si tienes que invertir en tecnología de la vida útil que se le supone a la misma antes de que otra la reemplace, etc.

¿Qué alianzas puedo generar para que me vaya bien, cuales serían mis socios clave?

Como se suele decir, sólo puedes ir rápido, pero acompañado puedes llegar más lejos. En todo momento tienes que pensar en qué alianzas, en que socios, en qué jugadores te puedes apalancar para llegar lejos, generando sinergias y situaciones de beneficio mutuo. También debes pensar lo contrario, si tu idea de negocio va a tener enfrente enemigos y si estos son poderosos (recuerda que los amigos vienen y van, pero los enemigos se acumulan ;L)

¿Tengo suficiente conocimiento sobre el producto o servicio y sobre el sector de la empresa que pretendo montar?, y si no es así, ¿lo puedo adquirir fácilmente?

Si vas a emprender, es fundamental conocer el sector en el que vas a moverte como empresario. Todo lo que hayas vivido en el pasado, todo lo que hayas estudiado, tus anteriores fracasos emprendiendo, son aprendizajes que te van a ayudar en el emprendimiento presente. Cuando he actuado como jurado en premios a iniciativas emprendedoras, uno de los temas que más se valora es el emprendedor en sí, su experiencia previa y el hecho de que esté emprendiendo en un sector que conozca. Recuerdo un caso concreto de un emprendedor que tenía en la cabeza montar una APP B2C de venta de proximidad de negocio detallista, basado en descuentos y en localización. Había trabajado en Groupon y en Cabify. A buen seguro esas experiencias previas iban a ayudarle mucho y reforzaron sus opciones como candidato.

¿Cuánto dinero necesito para poner en marcha mi negocio?

Es necesario hacer unos números gordos iniciales para saber si estás en disposición de acometer sólo las inversiones, o si necesitas un socio, un inversor o un banco. Para ello es muy recomendable hacer un plan de inversiones y un plan de operaciones. Ten en cuenta que además del dinero de inversiones, necesitarás un fondo de maniobra hasta que el negocio empiece a andar. Ese fondo de maniobra es la única financiación de circulante que se financia a largo plazo, es fundamental y se suele olvidar fácilmente cuando nos ponemos a echar números gordos. En esto, como en todo, es bueno tener información de primera mano, de un caso real. Por poner un ejemplo tonto, si vas a poner un parque de bolas, va a ser más exacto que le preguntes a alguien que lo ha montado cuanto dinero le ha costado montarlo que que tu eches los números gordos, seguro que hay algo que se te pasa.

¿Voy a ingresar más de lo que gasto? o lo que es lo mismo ¿Es mi negocio rentable?

Como dice mi amigo Ricardo, esto tiene que salir en verde si o si. Uno no monta una empresa únicamente para ganar dinero, pero lo que es seguro es que si pierdes dinero acabas cerrando. Es como las personas. Un cash flow positivo para las empresas es como el aire para las personas. No vivimos sólo para respirar, pero si no respiramos nos morimos. Conviene echar estos números gordos también antes que ninguna otra cosa.

¿Debo asociarme con alguien?

Depende de si te ves con todos los ingredientes necesarios para comandar el emprendimiento sólo, o si por contra te falta alguno. Esos ingredientes suelen ser, por lo general, Mercado, Dinero y Conocimiento. Todo lo demás lo puedes contratar o subcontratar, pero si te falta alguna de estas variables, es más fácil que te asocies que que intentes conseguirla por tu cuenta. Como consejo de cara a buscar socios, recuerdo el que me dio Gonzalo García, el cofundador de presto,un programa de mediciones y presupuestos para arquitectos, que por cierto tiene una página sobre marketing para arquitectos muy recomendable, (www.arqueting.com) y que me parece tan bueno que lo voy a poner en negrita y con una fila para él solo:

«Asóciate con quien te casarías»

Es una elección tan importante como el matrimonio, y es necesaria tanta confianza como en las nupcias, de hecho yo me lo he tomado tan al pie de la letra que me he casado con mi socia ;L)

¿Me apasiona la idea?

Confucio decía que si eliges un trabajo que te gusta no tendrás que trabajar ni un día de tu vida. El chiste fácil es preguntar a cuanto estaba el Euribor en la China del 551 a.C, pero lo cierto es que detrás de esas palabras se esconde una gran verdad, y es que cuando haces algo que te gusta, te cuesta mucho menos esforzarte, das lo mejor de ti mismo, y estás mas dispuesto a sacrificarte que por algo que no te apasiona.  Jobs decía que en todo lo que haces hay partes que no te gusta hacer, pero que si esas partes son cada vez más abundantes, y cada vez hay más días en tu vida en los que te toca hacer cosas que no te gustan, es un buen indicador para ponerte a hacer otra cosa. Personalmente pienso que el éxito está en hacer las cosas que te gustan, ser feliz y poder vivir de ello, con lo que una de las primeras preguntas que debes hacerte antes de empezar una empresa, aunque aquí la haya dejado para el final, es si te gusta la función que vas a desempeñar en ella.

Estas son las preguntas que se me han ocurrido a mi, pero sin duda hay muchas más, y estoy ansioso de que las propongáis, así como que planteéis respuestas a las preguntas que hago, o que contéis ejemplos prácticos basados en vuestra experiencia.

Gracias de antemano!

La ruina, ejemplo práctico.

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El pasado domingo escribí un post sobre la ley de segunda oportunidad para autónomos.

¿Por qué vuelvo al mismo tema una semana después? 

Porque días después de escribir ese post, me encontré en la red con un artículo del confidencial que me dejó los pelos como escarpias, y me hizo pensar sobre el post que había escrito y darme cuenta, como profe que soy, que para explicar bien lo que tenía en la cabeza me habían faltado ejemplos. Explicar, o mejor dicho, contar una historia en la que se vea el tipo de personas que se pueden ver en situaciones como éstas, que hagan ver por qué hace falta en España una ley de segunda oportunidad bien diseñada y que funcione. Aquí está la historia que me marcó:

http://www.elconfidencial.com/tecnologia/2017-04-17/emprendedores-autonomos-fracaso-ruina_1365015/

 La red está llena de artículos con títulos tales como «lo consiguió porque no sabía que era imposible» ó «Para evitar el fracaso hay que evitar considerarlo como opción».

Pues bien, se fracasa.

Mucho.

Muchas veces.

Hay que ser realista con el fracaso, y no dejar que sea absoluto, que nos cueste la vida. Hace meses escribí otro post al respecto, «fracasa de nuevo, fracasa mejor»Mi amigo Ricardo Llamas dijo una gran frase al respecto en uno de sus posts, en el que dice que «hay veces en los que un abandono es una gran Victoria». 

El otro día en la entrevista que Ricardo me hizo para su video blog conté el fracaso que tuve con la estrategia de lanzamiento nacional de mi empresa Klictasaciones. Lo intenté, aposté, fracasé, pivoté, lo volví a intentar, pero cuando se agotó el dinero que había destinado a esta apuesta, paré, o bueno, para ser más exactos, empecé a intentarlo de una manera que casi no me costaba tiempo ni dinero, y que si dios quiere empezará a dar sus frutos pronto.

En la empresa, como en un juego de azar, fracasar no es un problema, si sabes parar a tiempo. Tienes que ser tan tenaz en la consecución de tus fines como realista sobre el momento de dejarlo. La tenacidad no se debe de convertir en obstinación.

Por la gente de la que habla el artículo, que en un momento de sus vidas no supieron parar a tiempo, o se obcecaron, o les vino encima una situación sobrevenida que les sumió en la más absoluta de las ruinas, es por lo que España debería resideñar su ley de segunda oportunidad, y convertirla en algo que funcione de verdad.

Y al tercer día resucitó.

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Perdonadme el juego de palabras, pero pensé que en el día de hoy esta frase era un buen gancho para hablar de la ley de segunda oportunidad para autónomos.

Esta ley está vigente en España desde finales de 2015, y en su momento se anunció a bombo y platillo como una gran medida para los autónomos con problemas, aunque tras su publicación en el BOE generó bastante decepción. ¿Por qué?

En primer lugar creo que es bueno saber cómo funciona, para saber por qué no funciona. Para ello voy a tirar de una infografía muy interesante que he encontrado en elmundo.es.

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Fuente: www.elmundo.es

Uno de los problemas principales de la ley es que deja fuera de esa «segunda oportunidad» cualquier deuda contraída con Hacienda o la seguridad social, deudas que suelen ser abultadas. En segundo lugar, la ley se convierte en un calco del concurso de acreedores pero para persona física, heredando todos sus defectos (en España casi ningún concurso llega a buen puerto y casi siempre acaban en liquidación). En tercer lugar, no da garantías a las personas que siguen todo el proceso de que al final del mismo se termina el asunto, ya que hay un plazo posterior de 5 años en los que el tema se puede volver a judicializar por parte de los acreedores en un nuevo proceso.

La verdad es que el tema de las deudas en España es muy complejo. Mi opinión personal es que no pagar inicialmente no se penaliza lo suficiente, pero a la larga el no haber pagado se convierte en un problema sin salida. Es una pescadilla que se muerde la cola. El segundo problema en España es la picaresca, es decir, hay gente que se siente como pez en el agua con un articulado legal muy estricto pero una realidad que no lo aplica y una sociedad que lo sabe y no penaliza al pícaro. 

En la vida profesional te encuentras a este tipo de personas, fuera del sistema, en situación de insolvencia y con una deuda que nunca podrán pagar, que sin embargo siguen buscando la manera de ganarse la vida. Están fuera del sistema pero no se volatilizan, ¿sabéis?. Yo me he encontrado a un par de ellos (literalmente conozco dos casos) y puedo decir que son dos ejemplos antagónicos. Mi sensación con el primero es que siempre supo lo que hacía, y que utilizó el sistema y sus recovecos en su beneficio. En el caso de la segunda persona que conocí en esa situación, mi sensación fue justo la contraria. Lo que le ocurrió fue sobrevenido, y desde que entró en situación de insolvencia lo pasó mal. Hace relativamente poco tiempo que tiene el tema de su deuda cerrado y puede volver a trabajar dentro del sistema, y noté que para él era una gran alivio. Ambos fueron constructores.

Mi opinión es que el marco regulatorio debería de ser claro, penalizar al que no paga fuertemente desde el inicio, pero no cronificar la situación de insolvencia, porque así lo único que se consigue es dejar a los insolventes fuera del sistema sine die y contribuir a la economía sumergida. Algunos quieren estar así, y contra eso no hay remedio, pero hay otros que están forzados por su situación a seguir en la insolvencia al no tener herramientas para volver al sistema, y es para esos casos para los que yo veo necesaria esta ley de segunda oportunidad.

Para este tema en concreto, debido a su pragmatismo, tomaría como ejemplo la regulación de EEUU. Allí se penaliza fuertemente el impago, pero sin embargo tienen un código de bancarrota personal (United States Bankruptcy Code) que funciona muy bien porque las normas y la operativa son claras, es muy pragmático. El deudor plantea un plan de pagos al «comisario» y si el tribunal ve buena fe no necesita el acuerdo de todos los deudores, y una vez cumplido el deudor está libre de deudas.

Creo que todos los que nos movemos en el mundo empresarial, aunque no hayamos experimentado lo que es estar en una situación de bancarrota o concurso de acreedores, hemos pensado mucho en ello debido al riesgo inherente que tiene montar un negocio. Es más, creo que muchos emprendedores tomarían muchos más riesgos, y por tanto generaríamos mucho más crecimiento económico, si hubiese unas reglas claras tanto de la bancarrota empresarial como de la bancarrota personal. Pasados algo menos de dos años desde que nació esta ley, parece claro que no ha sido un éxito, y creo que sería un acierto de los legisladores replantearla, por un lado para dar una salida a aquellas personas que no están fuera del sistema por voluntad propia sino por causa sobrevenida, y en segundo lugar para dar a todas las demás personas y autónomos un marco legal claro al que atenernos para que así podamos tomar riesgos controlados y hagamos que la economía vaya mejor.

¿Blog o Vlog?

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El otro día tuve una muy buena experiencia de la mano de mi amigo Ricardo Llamasque me entrevistó en formato video para hablar de educación y emprendimiento.

Ya me habían entrevistado anteriormente, pero para un podcasty esta fue mi primer acercamiento a los video blogs (vlogs).

Os dejo aquí el enlace a la entrevista:

https://www.youtube.com/watch?v=A-cGaKIDtKk&t=861s

Y una pregunta / reflexión:

¿Preferís el formato tradicional de blog (escrito) o el formato video (vlog)?

¡Enhorabuena a los premiados!

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«La mayor victoria es aquella en la que ganan todos», decía Salomón hace ya unos cuantos años.

Esta frase se me viene a la cabeza cuando pienso en las empresas que año tras año concurren a los premios de AJE. Son todos ganadores. Se que suena a topicazo, pero los que conocemos el mundo de la empresa sabemos que su esencia es que ninguna derrota es definitiva, como tampoco lo es ninguna victoria. Es una lucha continua, un día a día, en el que o ganas o aprendes. Ganar es no rendirse, y por eso lo digo.

Esta semana hemos celebrado la gala de los premios AJE Málaga, y como cada año, como secretario del jurado, he tenido la oportunidad de conocer nuevas empresas y nuevos empresarios, y aprender de ellos.

El premio trayectoria empresarial de este año ha sido para AMG alquiler de maquinaria. Cuando conoces al empresario que hay detrás de la empresa entiendes por qué han ganado. Es una persona que es todo pasión y espíritu de lucha. Montando una empresa que requiere de gran inversión en el momento en el que ningún banco daba créditos, en un sector que ha pasado una década en crisis. Muchos dirán que esa empresa estaba condenada al fracaso. Que era imposible montarla cuando se montó. José Antonio con sus actos demuestra lo contrario.

Y como finalista, poetopíaHubieran sido también dignos vencedores. Nietzche decía que el gran estilo nace cuando lo bello obtiene la victoria sobre lo enorme. Esta vez no pudo ser, pero perfectamente podría haber sido, ya que en trayectoria tan importante debe ser la idea de negocio como la dimensión de la empresa, y en belleza de la idea pocas empresas podrán ganar a poetopía, que lleva la poesía allá donde va. La pareja de empresarios que hay detrás de esta empresa son todo tesón, y estoy seguro de que les quedan muchas victorias por delante.

En iniciativa emprendedora este año ha resultado vencedor Ineractive moviesLa primera vez que vi un holograma fue en La guerra de las galaxias. Jamás imaginé que pudiera crear uno en casa. Este emprendedor ha traído a nuestras casas (para los frikis) y empresas (para los visionarios del marketing) una tecnología maravillosa de una galaxia muy muy lejana.

La primera finalista de este año ha sido la empresa GEHOKOSe trata de una App de ofertas Geolocalizadas B2C. Mi sensación personal, tanto por la idea de negocio como por el emprendedor que hay detrás, es que en poco tiempo esta empresa va a dar mucho que hablar a nivel nacional. Hace un año Chicfy se presentó a nuestros premios y quedó tercero en iniciativa emprendedora. ¿perdieron? está claro que no, que triunfaron, y al inicio del post me remito. Me arriesgo a decir que algo parecido va a pasar con esta empresa.

La segunda finalista ha sido la empresa Pontesal, con su producto ponteappdemocratizando el mundo de las apps y poniendo el marketing ubicuo al alcance de cualquier empresa.

Aquí acaba la información que seguramente se repite en los periódicos en estos días, pero hay más.

David Martin Danza nos emocionó a todos con su presentación. La emoción se transmite, y más con una compañía de talla internacional que tenemos la suerte de tener en nuestra provincia.

Internal Branding nos mostraron la fuerza de la juventud y de las ideas novedosas en el campo del marketing. Como profesor de Marketing en la UMA, y aunque no hayan sido mis alumnos, no puedo menos que estar orgulloso de que ese talento salga de nuestras aulas.

Lucyclip nos encantó a todos por su desparpajo, y por demostrarnos que el emprendimiento no va siempre de TICs. Es la demostración palpable de que las empresas están aquí para resolver problemas (en este caso zapatos de tacón que se salen de tu pie) y satisfacer necesidades, y que la pasión emprendedora es la que hace que las empresas salgan adelante (si hubiese premio a la persona que más vive su empresa esta chica se lo hubiese llevado de calle). Si Cenicienta conociese lucyclip sería una soltera feliz ;L)

Luxhoteles es otro ejemplo de buena idea que con el apoyo necesario detrás llegará muy lejos. Conecta dos mundos, el del turismo y el de la empresa, que ya han demostrado que se llevan muy bien (las agencias de viajes más rentables suelen ser las incoming incentives). Estoy seguro de que este es sólo el principio de su andadura.

Photodrone tech es una empresa que lleva un avance tecnológico concreto a los servicios, tanto a la agricultura, como a la topografía o a la fotografía. Sin duda están en el buen camino, aunque seguro que al final acaban especializándose en alguno de esos campos.

Prest@dos Crowdlending es otra de esas empresas que, con su empresario detrás, me han dado la sensación de que están en el lugar adecuado en el momento adecuado. Estoy seguro de que el crowdlending va a tener un enorme crecimiento en el futuro y creo que ellos lo han visto claro.

Totten es la fuerza de la juventud y del hambre de éxito de la que hablaba Steve Jobs. Su fuerte son los eventos y la comunicación. He tenido la suerte de conocerles en AJE y estoy seguro por su perfil emprendedor de que les va a ir bien.

Por último, debido a un problema de última hora, no pudimos conocer a la empresa Velvor tech y su producto utandempero os tengo que decir que la idea de generar una app que ponga en contacto a gente que quiere practicar el tándem (el trueque idiomático, recibir una clase de un nativo de un idioma a cambio de darle clase tu de tu idioma nativo) es una buenísima idea. En mi época erasmus no existía la aplicación, pero si el tandem, y es una experiencia muy enriquecedora.

Aquí tenéis a TODOS los ganadores. Hasta el año que viene!

Universidad-Empresa, ¿Un amor imposible?

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En mi doble condición de profesor universitario y de empresario y representante empresarial, me ha pasado más de una y más de dos veces escuchar en reuniones informales frases pronunciadas como dogmas de fe:

«La universidad no te enseña nada, un montón de teoría que luego no se puede aplicar en la vida real»

ó

«La empresa quiere que nuestra oferta formativa se adecue a sus necesidades pero eso  no lo vamos a permitir, sería traicionar nuestra condición de cuna del conocimiento y ponernos al servicio del mercado»

No estoy siendo literal, porque literalmente no me acuerdo, pero pongo sobre la mesa una realidad que he palpado, y es que, si bien la universidad y la empresa no son enemigos acérrimos, tampoco son amantes incondicionales, o al menos viven una relación complicada, como diría facebook.

La relación es mucho más fluida en los espacios de confluencia, en los que yo particularmente me siento como en casa, tales como el rayo verde, edificio compartido entre el Parque Tecnológico de Andalucía y la UMA, o el Link by UMA-Atech, cuna de las startups universitarias malagueñas y en breve de todo el conglomerado universidad-empresa de la UMA. Esto es así precisamente por su condición de espacios híbridos. Desgraciadamente, cuando te mueves en los espacios exclusivos de las empresas o de la universidad, la relación vuelve a complicarse.

Todas estas reflexiones vienen a colación de una invitación a participar en las jornadas de brainstorming del nuevo plan de empleabilidad de la UMA. Para mi fue una experiencia apasionante formar parte del grupo de personas que reflexionaban sobre cómo debía de ser este plan, que había que medir, cómo había que orientar al alumnado y cuáles eran las herramientas de inserción del mismo en el mercado laboral. Participaban profesores, personal de la universidad, alumnos, empresarios, directivos, administraciones y asociaciones empresariales y estudiantiles. Se tocaron muchísimos temas, se vieron diferentes sensibilidades y percepciones de los distintos colectivos y en resumen fue un debate tremendamente enriquecedor. A mi un par de reflexiones se me han quedado en la cabeza, más como preguntas a resolver que otra cosa:

  • Es un hecho que hay ciertas carreras que desde la universidad están orientadas de una manera completamente alejada de lo que el alumno se va a encontrar al salir al mundo laboral y que dicho alejamiento puede llegar a provocar frustración en el alumnado al salir (yo pensaba en la mía, arquitectura, pero vi que no era ni mucho menos un caso aislado, tras una intervención de una psicóloga comentando un tema muy similar en su carrera). ¿Cómo hacemos para que, sin dejar de plantear las cuestiones teóricas claves de una disciplina, o su esencia, los alumnos no se frustren cuando vean que su realidad laboral no va a ser la misma que la universitaria?
  • Parece claro que la formación dual entre los entes formativos y las empresas ayuda enormemente a la inserción laboral; ¿por qué se han conseguido planteamientos muy exitosos de formación dual en la formación profesional, pero no tanto en la universidad?
  • Quizás la más importante de todas las preguntas. Si todos tenemos claro que la relación con el alumnado se da a través de los profesores; ¿Cómo conseguimos que los profesores se impliquen en las cuestiones fundamentales de las que estamos hablando, para llegar a todo el alumnado? La orientación al alumnado es fundamental para no provocar frustraciones;  la inserción laboral del alumnado requiere de la relación con las empresas. ¿Cómo hacemos para implicar a los profesores directamente en estas cuestiones?

Yo ya había tenido contactos respecto al tema de la formación dual desde el ámbito asociativo. Hace menos de un mes había estado en una reunión en Madrid en CEAJE, la confederación española de asociaciones de jóvenes empresarios, en las que se había hablado de la importancia que tiene para las empresas el comienzo de la formación dual en la FPII. Nada se habló de la formación dual con la universidad, el único tema que se trato sobre relación universidad-empresa fue el tema de las becas santander CRUE-CEPYME la que es a mi juicio la mejor herramienta de inserción de estudiantes en el mundo laboral de los últimos años, pero el problema de estas becas es que no son para todos los estudiantes, como si ocurre con la formación dual, sino solo para los que se interesan y son proactivos.

¿Por qué la formación dual no ha llegado a la universidad de la misma manera que a la formación profesional? ¿Es por la esencia práctica de la formación profesional frente a la esencia teórica de la universidad? ¿Es por los diferentes modelos de gestión de la universidad y la FP, una más autogestionada y la otra más dirigida? Estas son preguntas muy relevantes.

Respecto a la relación de los planes formativos con la realidad laboral, parece claro que aquí hay una cuestión de fondo bastante evidente. No creo que nadie piense que filosofía o historia del arte deban dejar de existir porque el mercado no demande filósofos o historiadores del arte, ni que en informática se deban dejar de estudiar las bases teóricas de Turing y centrarse únicamente en los lenguajes con más salidas laborales, pero parece claro que tampoco nos debemos de olvidar de informar a los alumnos sobre cuales serán sus salidas laborales una vez terminen la carrera para no generar frustración. Cuando una psicóloga explicó en la reunión que casi todos sus alumnos querían ser psicólogos clínicos, pero que para eso hacía falta hacer un master en el que menos del 10% entrarían por temas de plazas, no pude evitar pensar en la formación de arquitecto, en la que cuando aprendes en la universidad la teoría sobre proyectar y dirigir obras sales a la calle y te enteras de que apenas 2 de cada 10 arquitectos se pueden dedicar a esto. Me pareció también muy relevante la reflexión de otra compañera que explicaba que en la universidad «aprendíamos a aprender». Creo que esto es muy relevante y nunca se debería perder dirigiendo en exceso al alumnado.

Por último, la parte fundamental de involucrar al profesorado en las acciones de orientación e inserción. ¿Cómo se hace? Obviamente habrá gente apasionada que lo sacará de sus horas libres o a base de sobre esfuerzos, pero si queremos que sea una dinámica generalizada y no algo anecdótico, se deberán de plantear mecanismos para que los profesores lo puedan hacer como parte de su trabajo (obviamente los que quieran, pero tal vez con una figura similar a los descargos por gestión universitaria).

Como conclusión, y sabiendo que mi opinión es totalmente subjetiva en este tema por tener pasión por ambos mundos, el de la universidad y el de la empresa, creo que son dos mundos que sí que pueden enamorarse, y que de ese amor saldrían consecuencias maravillosas, ya que cuando el conocimiento y el trabajo duro se juntan y obtienen recursos los resultados son espectaculares. Si no surge el amor, al menos creo que son dos entes condenados a entenderse y a buscar consensos en los ámbitos de la orientación y de la inserción, por el bien de los alumnos de los unos y los futuros empleados de los otros.